Vaya problemón que tiene enfrente la selección mexicana de fútbol, porque lo menos que cualquier jugador quisiera es perder la Copa de Oro frente a Estados Unidos y tres días después enfrentarse a Brasil.
Es cierto que la verdeamarelha no trae a todas sus figuras que juegan en Europa, ya que Ronaldinho, Kaká, Ronaldo y otros titulares decidieron tomarse unas vacaciones para recuperarse del cansancio, pero el equipo que presentará el entrenador Dunga esta noche frente al Tri es para tomarse en cuenta. De entrada trae a Robinho que ha de estar con la moral por las nubes por el reciente campeonato heróico que ganó en el Real Madrid, Daniel Alves que actualmente es uno de los laterales más importantes y acaba de conseguir la Copa del Rey con el Sevilla, y tenemos el caso de Diego, excompañero de Robinho en Santos, pasó de noche en Portugal ya que no se adaptó totalmente bien a la dinámica del Porto, pero que esta temporada en el Werder Bremen a dado catedra, ha llevado a su equipo al tercer lugar general, ganándose el reconocimiento como el mejor jugador de la Bundesliga en una encuesta entre los propios jugadores de la liga alemana, donde por cierto Pavel Pardo (que no estará en la Copa América) quedó en un merecido quinto lugar.
Del lado mexicano veremos un equipo alternativo, sin cinco titulares de suma importancia como lo son Borgetti y Guardado por lesión, y el caso ya tan mencionado por los medios de comunicación de Osorio, Pardo y Salcido que abandonaron la concentración mexicana para irse de vacaciones y encarar de una mejor forma la pretemporada del Stuttgart y del PSV Eindhoven. De los jugadores del Stuttgart se entiende ya que según se ha mencionado en diferentes medios, Pardo y Osorio pactaron con Segio Egea (Auxiliar de Hugo Sánchez y el cerebro táctico del Tri) y con la propia directiva del equipo alemán, su regreso a tierras bávaras una vez terminada la Copa de Oro. Sin embargo en lo que se refiere a Salcido quedan muchas dudas ya que se ha llegado a pensar en un incidente entre el jugador y el cuerpo técnico que obligó al lateral de la selección a regresar antes de tiempo y por decisión propia a Holanda.
Sin duda esas cinco bajas harán que México pierda una gran solvencia tanto defensiva como ofensiva en el juego vital contra el pentacampeón del mundo. No hay de otra, México necesita un empate como mínimo para subir la moral del equipo porque en caso de una derrota o peor aún una goliza, como el último enfrentamiento de ambos equipos en Copa América que fue en los cuartos de final de Perú 2004, estaríamos seguramente ante el inicio de una catástrofe. Tampoco hay que olvidar que México siempre ha pasado mínimo a los cuartos de final en todas las Copa América que ha participado desde 1993, incluyendo dos subcampeonatos (1993 vs Argentina y en el 2001 vs Colombia) y dos terceros lugares (1997 y 1999), siendo sus peores actuaciones la del 95 cuando cayó en penales con Estados Unidos y en el 2004 cuando Brasil le metió un contundente 4-0. Además cabe destacar que de los últimos juegos entre sí, México sólo ha perdido en una ocasión contra Brasil desarrollando un fútbol atractivo que lograba neutralizar a la escuadra sudamericana.
El problema es la situación actual de la selección, con ausencias, sin resultados ni funcionamiento adecuado es difícil pensar en un milagro y que con pura motivación logren una victoria frente a uno de los dos grandes favoritos para llevarse el torneo. Quisiera ser más optimista pero quiero ser lo más objetivo y realista que se pueda, como si no fuera mexicano y estuviera viendo el torneo desde una perspectiva ajena, por lo que mi pronóstico es una victoria clara de Brasil sobre México de 3 goles contra 1.
Pero en el fútbol siempre hay espacio para las sorpresas y si no que le pregunten a Forlán y compañía como les fue contra los peruanos que de la mano de Farfán, Guerrero y Pizarro le ganaron 3-0 a los bicampeones del mundo cuando nadie se lo imaginaba.
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