martes, 19 de junio de 2007

Dios no decide los partidos



Cúantas veces hemos escuchado a los protagonistas principales de todos los deportes, sobre todo los pertenecientes a naciones donde la religión está más apegada a la forma de vida de la gente, involucrando a dios en el desarrollo y resultado final de las competencias. Y no sólo los deportistas rezan y hacen plegarias para que les llegue ayuda divina, también los aficionados han llegado a tal extremo de pedirle al santito, a la virgen, a dios, o cualquier divinidad en la que crean que hagan que su equipo o su deportista favorito logre el triunfo.





Aunque esto llega a verse en deportes individuales como en la participación de una gran atleta nacional en las Olimpiadas ("Señor ayúdale a Anita a que gane la carrera"), casi siempre se da en deportes colectivos pero con mayor frecuencia en el fútbol. En primera porque es un deportes universal, el más popular del planeta y el que sin duda mete más a la afición que ya sea en partidos de la liga local o internacionales hacen plegarias para que su equipo gane. No está mal que lo hagan, todos esos rituales de rezar para que el portero ataje el penalty definitivo o deencomendarle a algún santo que le eche la mano a su selección nacional forma parte de las creencias populares y estoy seguro que en muchas ocasiones ante la presión de un partido cualquiera lo ha llegado a hacer.


Pero siempre he tenido la duda: ¿Dios decide los partidos? ¿Provoca que mágicamente un equipo derrote al otro? ¿Han sucedido cosas extrañas en los partidos o en las competencias que hagan pensar al más escéptico que los milagros en el deporte existen? Yo pienso que los milagros sí existen pero en cuestiones deportivas es sumamente dudoso que dios meta su cuchara para inclinar la balanza en favor de algún equipo. Sería comprensible rezar en un partido México vs Arabia Saudita porque por un lado la mayoría de mexicanos son cristianos (católicos y protestantes) mientras que la mayor parte de la población saudí son musulmanes de modo que le estarían pidiendo ayuda a dioses que son aparentemente distintos (aunque probablemente sea el mismo al final de cuentas). ¿Pero qué pasa en un partido entre México y Argentina si supuestamente creen en el mismo dios?¿A quién ayudaría? ¿Y en un Brasil vs España? A poco dios se sienta en un sillón, prende su tele celestial, ve el partido y piensa "Me han llegado 200 mil rezos de Brasil y 150 mil de España, Brasil gana". Pienso que entonces no contaría ni el esfuerzo físico, ni la preparación, ni las ganas de triunfar de los deportistas.


Ahora supongamos lo siguiente: En un clásico del fútbol mexicano Guadalajara vs América, está totalmente lleno el Estadio Jalisco, la mayoría de los aficionados son católicos y le piden a dios que le ayude a su equipo el partido termina cero a cero a pesar de que ambas aficiones pidieron goles para ver un partido espectacular y que valiera la pena haber pagado el costo del boleto, pero fue un partido aburrido y en la única llegada de peligro que hizo que la gente se emocionara en serio fue un contragolpe de Omar Bravo que provoca una falta en el área por parte de Guillermo Ochoa el portero americanista, el árbitro marca el penal de inmediato y Bravo al ver esto señala al cielo persignándose. Coloca el balón en el punto penal, se vuelve a persignar pero al mismo tiempo Ochoa se persigna para atajar el penalty. Chuta el delantero del Guadalajara y la para Ochoa. ¿Qué los dos no le pidieron a dios que les ayudara?


Con esto quiero decir que lo que más influye en un deporte es la preparación y el empeño que tengan los protagonistas principales porque como otras actividades son una profesión que requiere preparación, constancia y ganas de trascender para salir adelante, además claro de en caso de ser creyentes en un ser supremo, tener fe, pero pienso que esto último no puede ser usado como pretexto o como vía para conseguir algún logro en especial. Aunque siempre me ha quedado la duda de que realmente en ciertos momentos, la justicia divina exista y generalmente ganen los que más se lo merecen. Para ejemplificar esto último les dejo a su consideración estos dos últimos casos esperando que los hagan reflexionar al respecto:


El Barcelona y el Real Madrid peleaban palmo a palmo y en igualdad de puntos por el título de liga en España en la jornada 37, cuando con una mano clarísima, cínica y totalmente intencionada Messi mete un gol con la mano al Espanyol para empatar momentáneamente el partido a 1 gol, el árbitro y los jueces de línea lo avalaron y el joven del Barcelona descaradamente corrió a festejarlo. Tomando en cuenta que el Real Madrid iba perdiendo el partido contra el Zaragoza casi al final del partido que se jugaba a la misma hora, y el Barcelona le ganaba ya al Espanyol, todo parecía sentenciado para el tricampeonato del equipo catalán, pero hubiera sido con trampa porque un gol con la mano aquí y en Vietnam es trampa en el fútbol. Sin embargo llegó un minuto fuera de lo común donde Van Nistelrooy se encontraba una pelota en el área para empujarla y empatarle al Zaragoza mientras que el Espanyol le empataba a su eterno rival el partido por conducto de Tamudo. Parece que el destino compuso las cosas porque provocó que no contara tanto esa trampa de Messi.


Y ya para cerrar en el México vs Costa Rica se vivieron declaraciones sumamente confiadas y agresivas de los ticos contra el equipo mexicano que se vieron reflejadas en la cancha con un juego brusco, mostraron que querían ganar a la mala, haciendo tiempo, dando patadas (una patada voladora sobre Blanco que me hizo pensar que le había puesto play a la película de León Peleador sin Ley de Jean-Claude Van Damme) y dando un espectáculo de antifútbol que no se merece esa selección centroamericana. Al final, aunque sinceramente los dos equipos habían dado un pésimo torneo que hacía pensar que era injusto que hubiera semifinalista entre ellos dos, ganó el que dejó de lado la violencia y con sus limitaciones pero al menos de forma más deportiva intento llegar al gol y logró hacerlo.


Quizá el destino o dios o como uno quiera llamarle, si tenga algo que ver en los resultados, pero no creo que dios tenga un equipo favorito ni que cuente el número de plegarias para así determinar al vencedor en cualquier deporte.

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