miércoles, 27 de junio de 2007

La importancia de la contundencia



La Misión Imposible se hizo, México volvió a las andadas de dar sorpresas, pero sorpresas buenas. Podrás ser el equipo que mejor fútbol practique en el mundo, el más espectacular, el que domine la mayor parte del juego la pelota, el que ofrezca momentos de emoción a la tribuna y domine avasalladoramente al adversario, pero si no logras el objetivo primordial del fútbol que es meter más goles que el rival, no servirá de nada tanto esfuerzo porque finalmente el deporte profesional se basa en resultados, en triunfos y en puntos, no en jugar bien.

Tal parece que esto lo entendió a la perfección el tricolor en el partido en el que de manera merecida derrotó a Brasil 2-0 ante la sorpresa no sólo mía, sino de millones de aficionados en todo el mundo (excepto claro, los "patrioteros") ya que este gran resultado le dará la vuelta al mundo en las próximas horas, México continuará su supremacía sobre Brasil (tal como existe la de Estados Unidos sobre México) ya que el Tri al parecer, ya le tiene tomada la medida a este gigante sudamericano: Una sola derrota en sus últimos 10 enfrentamientos oficiales que fue la paliza propinada por Adriano y compañía hace 3 años en los cuartos de final de la Copa América en Perú. Fuera de ese catastrófico momento, el equipo verde le ha ganado a la verdeamarelha partidos oficiales en territorio neutral, como el 1-0 en la fase de grupos de Colombia 2001 o en la Copa Confederaciones del 2005 por el mismo marcador.

Tampoco hay que echar las campanas al vuelo, pero sí hay que señalar que el equipo de Hugo Sánchez tiene medio pie entre los 8 mejores del torneo porque con 3 puntos es muy probable que pueda pasar a cuartos de final, y de ahí podría pasar cualquier cosa, pero mucho dependería la llave ya que sería catastrófico enfrentarse a Argentina por ejemplo, pero con esa actitud, con esa suerte que tuvo México y con ese deseo de ganar pueden llegar lejos.

Sin embargo lo que fue más importante tiene un nombre: contundencia. Esa palabra que tanto le ha costado a los jugadores mexicanos asimilar, porque puedes jugar espantoso 85 minutos, pero si metes el balón a la red más veces que tu rival, es más importante y es lo que determina a los triunfadores. Esa contundencia que tanto le ha faltado a México para resolver partidos definitivos de eliminación directa por fin apareció hoy en Venezuela. Un verdadero golazo de Nery Castillo que dio catedra tanto de individualismo (en ocasiones no tan adecuado porque también peca de exceso de conducción de balón el delantero) como de contundencia y picardía, estos dos últimos de gran aporte positivo para el equipo. Lo mismo Ramón Morales que asumió su rol de veterano del equipo y a sus 31 años clavó un bello tiro libre dejando como estatua de marfil al portero de la Roma Cristiano Doni.

En general México jugó parejo, quizá destacando el jugador del Olimpiakos que justifica el llamado de Hugo Sánchez, Ochoa suplió perfectamente bien a Oswaldo Sánchez en la portería y Torrado junto con Correa dieron un buen partido como contenciones. Esta vez la rotación le dio resultado al Pentapichichi pero ojo, no hay que confiarse. Quedan dos compromisos muy importantes: la calificación contra Ecuador el domingo que está herido de muerte después de la sorpresiva derrota de 3-2 frente a Chile y finalmente la próxima semana contra loc chilenos que de la mano de Suazo empezaron con todo, por lo que podría enredarse el sector B si México no logra en el siguiente partido mínimo el empate.

Lo que fue decepcionante y triste fue ver a una selección brasileña donde el único que intentaba algo era Robinho, en ocasiones Anderson, Diego o el capitán Gilberto Silva (único campeón del mundo en el campo) daban chispazos, pero pésima actuación de este equipo que seguramente mejorará contra Chile porque tiene la calidad para pelear por el título. Pero eso es problema de Dunga, no del tricolor que a partir del gol de Castillo tomó confianza y ya no pudo ser superado por Brasil en ningún momento. El único momento donde los mexicanos no jugaron bien fueron los primeros 7 minutos del primer tiempo ya que los brasileños dominaban, generaban peligro, se veía a un México un poco nervioso y hasta el árbitro anuló un gol brasileño por fuera de juego, cuando el autor del gol no era el adelantado porque estaba habilitado por Magallón.

Si ese gol hubiera contado, otra hubiera sido la historia, sin embargo la contundencia de Castillo y de Ramón Morales le dieron un giro total al encuentro y demostraron que en el fútbol lo importante es la contundencia.

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