Es un verdadero gusto que la selección irakí de fútbol haya logrado algo que nadie se imaginaba: convertirse por primera vez en campeón de Asia derrotando a Arabia Saudita en la gran final. Esta victoria no sólo tiene un gran mérito debido a que dejó fuera en semifinales a Corea del Sur y en la final le ganó 1-0 a los saudi árabes que junto con los japoneses habían monopolizado la copa asiática desde hace más de 20 años, sino también y de forma mucho más importante, por la terrible situación sociopolítica en la que está envuelto el territorio irakí desde hace cuatro años que lo tienen al borde de una guerra civil.
Quizá en términos generales haya cuatro o cinco selecciones en la Confederación Asiática de Fútbol que tengan un nivel más alto tanto a nivel colectivo como de jugadores (Australia, Arabia Saudita, Irán, Japón y Corea del Sur) pero Irak supo aprovechar su momento y tiene a una gran figura en Younis Mahmoud. Pero no sólo se coronó campeón, también asistirá a la Copa Confederaciones del 2009 en Sudáfrica donde podrá enfrentarse a equipos de gran nivel como Brasil, Estados Unidos, Italia, al campeón africano y al de la Eurocopa.
Esto sin duda es junto con el Mundial de México 1986, que es la única ocasión en la que los irakíes han calificado a la máxima competencia que organiza la FIFA, lo más grande que ha conseguido Irak a nivel de fútbol en su historia.
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